La literatura del siglo
XV Tema 4
■ Historia y sociedad
1.- Economía y
organización social
En el S.XV, políticamente, se
produce una tendencia hacia la concentración del poder monárquico en casi toda
Europa occidental. Se va abriendo el camino hacia el absolutismo moderno. Se
produce una honda crisis en las relaciones sociales estamentales.
Por otro lado, el desarrollo de
la agricultura, ganadería, industria (sobre todo textil) y el comercio, lleva
aparejado el crecimiento de la clase burguesa y la difusión de su mentalidad y
sus valores: la individualidad e independencia de los seres humanos, la
ganancia, el provecho económico, la importancia del avance científico y
técnico, el ansia de conocimiento …
Comienza la era de los grandes
descubrimientos y las aplicaciones de loa grandes inventos: la brújula, la
pólvora, etc.
2.- Las ideas y la
cultura en el S.XV
.- Cultura.- Tiene gran trascendencia la invención de la imprenta, atribuida a Gutemberg hacia el año 1440.
Esta nueva técnica se extendió con rapidez desde el valle del Ri8n por toda Europa.
Todos los libros impresos durante el S.XV, por su particular valor y rareza,
reciben el nombre de incunables.
Se produjo la difusión del papel,
originario de China, y su fabricación se extendió por el norte de África,
Sicilia y la Península Ibérica a medida que estas tierras eran conquistadas por
los árabes. Primero se usaron fibras vegetales, luego trapos y posteriormente
el papel se impuso al pergamino.
Imprenta y papel supusieron el
abaratamiento de los libros y su difusión en numerosos ejemplares, pudiendo
llegar así a un mayor número de gente
.- Ideas.- Se desarrolla y expande desde Italia un movimiento
cultural, denominado Humanismo, que
tiene al hombre como centro de sus preocupaciones. Se revaloriza el cultivo de
las letras y de las bellas artes, se vuelve la mirada hacia la Antigüedad
clásica greco-latina y se escribe tanto en latín como en las diversas lenguas
vernáculas.
Numerosos son los humanistas
italianos relevantes: Lorenzo Valla, León Alberti, Leonardo da Vinci, etc. En
las letras castellanas destacan nombres como Antonio de Nebrija, Jorge Manrique
o Fernando de Rojas.
3.- La situación en la
Península
En Castilla continua la lucha por
el poder entre la oligarquía nobiliaria y la Corona. Se suceden las guerras
civiles. En 1474 sube al trono de Castilla la princesa Isabel, casada con el
príncipe Fernando, heredero de la Corona aragonesa, a la que accede en 1479. Es
entonces cuando los dos grandes reinos peninsulares quedan unidos al nivel de
los monarcas, aunque ambos reinos seguirán disfrutando de sus propias leyes y
fueros.
La Monarquía irá reforzando su
poder y sometiendo a la aristocracia. Se establece el Tribunal de la
Inquisición, como elemento de represión contra toda clase de disidencia.
Los judíos y moriscos son
obligados a convertirse.
En 1492 se conquista el reino
nazarí de Granada y toda la Península queda bajo dominio cristiano. Este mismo
año, Colón llega a América, se produce la expulsión de los judíos no
convertidos y Antonio de Nebrija publica la primera gramática castellana.
En el terreno cultural, conviven
en Castilla y Aragón formas literarias y artísticas tardomedievales. Los nobles
y burgueses enriquecidos se dan cuenta de la utilidad del saber, pues lo ven
como un rasgo de distinción social..
Paralelamente se desarrollan los
hombres de letras, los letrados, principalmente juristas, cuyo papel será
imprescindible para la burocracia y para el desarrollo cultural e ideológico.
En Castilla se refinan las formas
de vida medievales y se expandirá la mentalidad burguesa.
■ Transformaciones históricas de los géneros literarios
1.- La lírica
tradicional
Los primeros testimonios escritos
en castellano se conservan a finales del S.XV. Es el cancionero popular y tradicional, cuya forma más difundida es el
villancico, en el que se manifiestan emociones e ideas de modo estilizado y
expresivo.
La antigua lírica popular se
caracteriza por: variedad estilística, imágenes tomadas de la naturaleza
cargadas de valor simbólico (el mar, las aguas dulces, el mundo vegetal, el
ancho campo, los animales, el viento, el sol, la primavera, el alba, etc.),
intensidad, énfasis, tensión, repetición, juegos de palabras, contrastes,
eufemismos, riqueza temática, verso corto, presencia de estribillo, voz
femenina, etc. Todo apunta a un concepto
vitalista del mundo, a una llamada al disfrute amoroso.
Sobre todo desde 1580, se
practicó profusamente la imitación culta de la lírica popular.
2.- La poesía cortesana
Surge en el S.XII en Provenza,
creada por los trovadores y su tema es el amor. Lo novedoso de esta poesía es
considerar a la mujer como un ser superior a la que el enamorado ha de rendir
culto y vasallaje; este tipo de amor recibirá el nombre de amor cortés.
La mujer aparece caracterizada
por perfecciones (belleza, honestidad…) y el propósito del enamorado es
alcanzar el galardón que cree merecer por ser fiel a su “servicio”, pero la
honestidad de la dama impide que lo logre.
La poesía cortesana influirá en la lírica gallega de los
siglos XIII y XIV, en la poesía catalana medieval y en la poesía italiana de
autores como Petrarca. También se verán reflejadas sus formas y sensibilidad en
los cancioneros castellanos y aragoneses
del S.XV.
Los cancioneros proliferan durante la segunda mitad del S.XV. Van
destinados a diferentes capas sociales (desde reyes a lectores burgueses).
Se trata de colecciones de
poesía, que corresponden a los nuevos gustos y costumbres cortesanos y que
cumplen una clara función social.
Cancioneros importantes son: Cancionero de Baena, Cancionero de Estúñiga,
Cancionero de Herberay des Essarts y
Cancionero de Palacio.
La temática de la poesía cortesana cancioneril es fundamentalmente
amorosa, dentro de los conceptos habituales del amor cortés. Aunque tras el
amor idealizado o literario rebosa el erotismo o la pasión sexual.
Las características formales de esta poesía de cancionero son: poemas
que utilizan palabras malsonantes, se multiplican los eufemismos ambiguos,
gusto por la sutileza y el ingenio, la paradoja y una métrica particular.
Los poetas que destacan entre la lírica cancioneril son: el Marqués de
Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique
• Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (1398-1458)
Fue un aristócrata poderoso y
persona muy notable en la política de su tiempo. Es un representante típico de
la nobleza influida por el humanismo prerrenacentista.
Eligió la lengua vernácula en un
momento en que el castellano era uno de los pilares de la consolidación del
incipiente nacionalismo hispánico.
En su producción poética
destacan poemas alegóricos (al estilo de la Divina
Comedia de Dante) como el Infierno de
los enamorados, la Comedieta de Ponza
o los Sonetos fechos al itálico modo
(en los que intentó –fallidamente- adaptar al castellano el endecasílabo
italiano). Poesía de inspiración popular son sus famosas Serranillas.
• Juan de Mena (1411-1456)
Fue secretario del rey Juan II,
es un buen ejemplo de humanista puro, dedicado en exclusiva al cultivo de las
letras. Viajó a Roma donde estuvo en contacto con el humanismo.
Su poesía, sin embargo, está
lejos de la claridad y sencillez expresivas del ideal renacentista.
Las características de sus
obras son: la complicación, la oscuridad, el artificio, el lenguaje
latinizante y la abundante erudición. Destaca
el Laberinto de Fortuna o Las trescientas.
• Jorge Manrique (hacia 1440-1479)
Su vida y su actividad literaria
están profundamente marcadas por su pertenencia al clan, en el que destacan su
padre Rodrigo Manrique y su tío Gómez Manrique. En su vida se dedicó
fundamentalmente a la política y a la guerra.
Su formación literaria viene
influenciada por la relación con su tío Gómez Manrique y por sus vivencias en
la corte de Toledo.
De su obra poética que se
conserva, la mayoría es poesía amorosa, junto a la que hay tres poemas
burlescos y las Coplas a la muerte de su
padre, de carácter moral.
Su poesía amorosa se aleja
de las formas y el estilo de los poetas cancioneriles anteriores. Deja atrás el
rebuscamiento expresivo y el uso de la alegoría abstracta. Y recurre a sus
propias vivencias como fuente para sus poemas: el mundo jurídico y la vida de
la milicia.
En sus composiciones se advierten innovaciones que enlazan con la
poesía de Petrarca y con la estética renacentista italiana, como el uso de
antítesis y paradojas para describir el amor. Su poesía abre el camino a una
renovación poética que se prolongará durante siglos.
2.1.- La poesía de protesta
En la poesía de protesta
castellana del S.XV, se ataca y satiriza directamente a la oligarquía
aristocrática y a los propios reyes.
Destacan tres poemas satíricos: Coplas de la Panadera, Coplas de Mingo
Revulgo y Coplas del Provincial.
• Prosa didáctica
Destacan dos figuras
representativas en la primera mitad del S.XV: Enrique de Villena y Alfonso
Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera.
.- Enrique de Villena, es autor de numerosas y muy diversas obras;
destaca Los doce trabajos de Hércules
(1417)
.- Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera, autor de El corbacho (1438), subtitulado Reprobación del amor mundano.
• Prosa de ficción
Dos son los géneros que se
desarrollan en este siglo: los libros de ficción sentimental y los libros de
caballerías.
.- Narraciones sentimentales
Anticipan rasgos de la novela
moderna: personales en conflicto con su entorno, análisis de la intimidad
individual, protagonistas angustiados, etc.
El centro de atención de la prosa
sentimental es el análisis de las
relaciones amorosas.
La obra cumbre de este género es
la Cárcel de amor (1492) de Diego de
San Pedro
.- Libros de caballerías
En la Península se hicieron
traducciones y adaptaciones desde muy pronto, los más comunes son los temas
relativos a Carlomagno (ciclo carolingio) y al rey Arturo (ciclo bretón o artúrico). La primera muestra
estrictamente peninsular es el Libro del
caballero Zifar (de hacia 1300). De finales del S.XV es Tirant lo Blanch (en lengua catalana).
Pero el libro de caballerías más importante es Amadís de Gaula, del que solo se conoce la versión publicada en
1508 por Garci Rodríguez de Montalvo.
Estilo.- Son libros de aventuras
protagonizadas por caballeros cuya misión es restablecer el orden y proteger a
los indefensos. Se relatan acciones gloriosas de un héroe cuyos valores serán
los típicos del caballero feudal: valor, honor, lealtad, religiosidad. Sin
embargo, estos valores están idealizados y sujetos a convenciones formales
estrictas como corresponde ya a una nobleza aristocrática, cortesana y
refinada.
El amor es el tema central de las
obras y el que determina el comportamiento de los personajes –meros tipos sin
apenas evolución ni desarrollo psicológico-, divididos en buenos y malos; los
escenarios son imaginarios y, a menudo, maravillosos.
4.- El teatro en el
S.XV
Se conservan textos teatrales,
más frecuentes al final del siglo. Hasta que no existan recintos específicos en
los que representar será difícil distinguir entre obras teatrales y
conmemoraciones o celebraciones y fiestas. Es posible, por ejemplo, que pudiera
ser dramatizada la anónima Danza general
de la muerte, de finales del XIV o principios del XV, que forma parte de un
grupo de poemas (las danzas macabras o danzas
de la muerte). En las danzas de la muerte existe una insistencia en el
poder igualatorio de la muerte.
Del teatro religioso medieval se conocen diversas obras, llamadas autos, que se representan en carros o escenarios móviles durante
las fiestas del Corpus. Se conservan, además, algunos dramas religiosos de Gómez Manrique, o un Auto de la Pasión
(atribuido a Alonso del Campo).
Del teatro profano existen notables muestras de finales de siglo. El
teatro popular pasa de la calle a los espacios interiores y se transforma y
adecua a las nuevas circunstancias de lugar y público: se convierte en teatro cortesano.
.- Juan del Encina.- es el primer gran autor teatral castellano. Destacó
como músico y poeta así como actor y autor dramático.
Sus obras son tanto religiosas
como profanas. En ellas utiliza personajes campesinos (los pastores del teatro
religioso) que hablan un lenguaje rústico y chistoso.
De sus obras destacan: Égloga de Fileno, Zambardo y Cardonio,
la Égloga de Plácida y Victoriano, y
la Égloga de Cristino y Febea.
■ Estudio y Antología
1.- El romancero viejo
1.1.- Los textos: el Romancero como género literario
Se denomina Romancero viejo al conjunto
de romances que se cantaban a finales de la Edad Media. Estos romances se han
conservado bien en colecciones formadas
exclusivamente por romances, llamadas romanceros, o bien en pliegos sueltos.
El romancero viejo tiene una doble condición: es un género de origen
oral y popular a finales del Medievo, pero está sometido también a las
determinaciones de los textos escritos. En el Romancero viejo abundan los temas
épicos.
El Romancero nuevo es el Corpus de romances escrito por los poetas
cultos.
El Romancero oral moderno, es un inmenso conjunto de romances de
tradición oral, recogido desde finales del S.XIX hasta hoy, tanto en la
Península como en Canarias, Hispanoamérica y en las comunidades sefardíes
dispersas por el mundo.
1.2.- El origen de los romances
El origen de los romances parece
situarse en la fragmentación de los grandes poemas épicos de los cantares de
gesta. Los dos hemistiquios de los largos versos de los cantares de gesta habrían
dado lugar a los versos octosílabos de los romances.
Pero hay quien piensa que los
romances nacieron como un género independiente de los cantares de gesta, fruto
de la invención de algún poeta, lo que explicaría la existencia de abundantes
romances de temas líricos y novelescos.
En cualquier caso, sea cual sea
el origen del romance, este puede ser definido como un género épico-lírico.
1.3.- Características estructurales y formales
La estructura y los rasgos
formales de los romances vienen condicionados
por el secular modo de su transmisión
oral, que hace que un mismo romance pueda tener numerosas y diversas
variantes.
Los romances se caracterizan por
su aparente claridad y sencillez.
Las características
estructurales son:
-
Ductilidad, que permite y favorece su recreación
-
Transmisión activa y creadora de los textos
-
Importancia de los motivos, tanto formales como
temáticos, que presentan los textos
-
Existencia de un estilo tradicional
-
Sílabas añadidas o quitadas, cambio o
deformación de las palabras, alargamiento o acortamiento del texto, etc.
Características o recursos
formales:
-
Repeticiones, enumeraciones, antítesis, fórmulas
y epítetos épicos
-
Alternancia de los tiempos verbales, lenguaje
arcaizante
-
Actualización de la acción mediante el adverbio ya o el presente histórico
-
Llamadas al oyente, diálogos frecuentes,
sencillez sintáctica
-
Ausencia de símiles y metáforas complejas
La propia visión del mundo de los
romances viene condicionada por la oralidad. El romance, desde sus inicios, se
adapta al mundo del que brota y a la realidad de la que surge:
-
Narrador objetivo e impersonal
-
Falta de didactismo y referencias religiosas
-
Abundancia de preguntas y respuestas
intensamente dramáticas
-
Recurso esencial del símbolo y frecuentes
finales trágicos
Los romances comienzan a alejarse
del mundo típico medieval. Los héroes son lanzados a una vida conflictiva y,
habitualmente, en un entorno hostil, y marchan a menudo hacia un destino
trágico o de frustración.
Temática.- Los romances
viejos, temáticamente, se clasifican en:
-
romances de tema épico castellano (el rey Don
Rodrigo, Fernán González, el Cid…)
-
romances fronterizos y moriscos
-
romances de tema épico francés (Carlomagno,
Roldán…)
-
romances novelescos y líricos; de temas
bíblicos, mitológicos o de historia clásica
2.- La Celestina
2.1.- Texto y autor
La Comedia de Calisto y Melibea se publica, anónima, en 1499. Constaba de 16 actos.
Al año siguiente se reedita
acompañada de unos preliminares en los que aparece el nombre del autor, Fernando de Rojas, que dice haberse
encontrado el acto I ya escrito por un desconocido y haber continuado él la
obra.
En 1502 se imprime ya con otro
título, Tragicomedia de Calisto y Melibea,
y con novedades: cinco nuevos actos, modificaciones y supresiones, y un prólogo
en el que Rojas justifica los cambios. La obra pasará a la historia con el
nombre de La Celestina.
Fernando de Rojas (La Puebla de
Montalván, Toledo 1475-Talavera de la Reina, Toledo 1541)
2.2.- Género y estilo
La Celestina es una obra dialogada de considerable extensión,
habiendo quienes la consideran una obra de teatro y quienes la consideran una
novela dialogada.
.Es considerada teatro por
quienes argumentan que no existe narrador alguno sino que son los personajes
los que hablan siempre directamente y sus palabras ordenan el espacio y el
tiempo. Si bien la obra no estaría destinada a la representación pública, sino
a la lectura colectiva.
La obra pertenecería al género dramático, pues parte de los
modelos literarios de la comedia romana y la comedia humanista italiana.
.Es considerada novela por
quienes argumentan el libre tratamiento del espacio y del tiempo, la existencia
de escenas no dramáticas y el diseño de los personajes, retratados en la
intimidad y de marcado individualismo, siendo estos rasgos más propios de la
novela que del drama
En cuanto al lenguaje y estilo, coinciden en la obra la lengua culta y erudita y la lengua
popular. La lengua culta abunda en latinismos, frases largas, verbos al
final de la oración y el uso de citas de la Antigüedad clásica.
La lengua popular aparece viva y
rápida, con numerosos refranes, frases cortas, expresiones coloquiales, chistes,
insultos, etc.
Los personajes de la obra se
corresponderían con los dos planos lingüísticos: los personajes de elevada clase social (Calisto, Melibea
y los padres de esta, Pleberio y Alisa) y los de las clases sociales populares (Celestina, Areúsa, Elicia y los criados
y prostitutas)
.- Calisto es el galán, de
saneada economía, que se comporta como un enamorado cegado por la pasión.
Utiliza cualquier artimaña para su objetivo de conquistar a Melibea.
.- Melibea, de buena familia, se
comporta de manera muy activa en la obra. No oculta su pasión y muere
finalmente por ella. Hay desde quien compara su comportamiento con el de
Calisto hasta quien ha resaltado la pureza de sus sentimientos y su honestidad
y sinceridad.
.- Pleberio y Alisa, personajes
de poco relieve, se comportan como padres desconocedores de los verdaderos
sentimientos de su hija.
.- Celestina, el gran personaje
de la Tragicomedia y la figura central en las relaciones del resto de
personajes. Es una alcahueta, maga y hechicera, con un gran conocimiento de la
vida y de los entresijos del corazón humano. No obstante, su sabiduría se
muestra cegada por la ambición, lo que la conducirá a la muerte. Fernando de
Rojas convierte al personaje de Celestina en un personaje característico ya de
la literatura moderna, dotado de individualidad, de intimidad personal y de
intensa vida propia.
.- Los criados y las prostitutas.
En su mundo se refleja esencialmente el dominio de los instintos, del interés
egoísta y de la codicia. En conjunto, son conscientes de su posición de clase
y, salvo Tristán y Sosia, odian a sus amos.
2.4.- Contenido e intención del autor
Los temas centrales de La
Celestina, amor, muerte, ambición, egoísmo, codicia y lucha de clases, aparecen
reflejados en la obra y en los personajes:
-
amor entre los protagonistas y en las personas
de baja condición social
-
muerte de gran parte de los personajes
-
ambición extrema en los criados y la vieja
alcahueta
-
lucha de clases expresada en todas las páginas
de la obra
Sin embargo, la interpretación de
la intención de Rojas es de dos tipos:
.- hay quienes consideran que la
obra tiene un fin moral y pretende mostrar a los lectores las consecuencias de
los malos comportamientos
.- y hay quienes subrayan la
visión pesimista que Rojas ofrece de la realidad conflictiva, su desengaño, su
honda desesperación y la concepción de la vida como guerra.
Sea cual fuere la intención del
autor, la obra refleja la mentalidad de la sociedad castellana de fines del
S.XV y los valores propios del capitalismo del momento: el afán de lucro, el
pragmatismo, el individualismo, el placer de la vida, etc.
La mentira, el engaño y la
traición parecen marcar la vida de los hombres. El dinero lo puede todo, los
personajes se utilizan unos a otros y no hay verdadera amistad ni solidaridad.
Ni tampoco amor, que o es ciega pasión o es puro interés.
El amor, la amistad, la
sinceridad e, incluso, los modelos literarios del pasado desaparecen en una
sociedad competitiva y materialista. Rojas niega los nuevos valores pero no
propone otros. En La Celestina no
parece existir el futuro.
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