■ Transformaciones históricas de los géneros literarios: la prosa y el
teatro en el S.XVI
1.- La prosa
Durante el S.XVI siguen siendo
muy numerosos los textos escritos en latín, si bien las obras redactadas en
lengua vernácula son cada vez más frecuentes y tratan ya de los temas más
diversos. Se suele distinguir en este período entre prosa didáctica y prosa narrativa.
1.1.- Prosa didáctica (diálogo)
En el S.XVI, el modelo formal más
utilizado en los textos en prosa es el diálogo.
En ellos, dos o más interlocutores abordan cualquier asunto presentando sobre
él diversos puntos de vista.
Los diálogos de la primera parte
del siglo están más influidos por el erasmismo y el reformismo, y los escritos
tras el Concilio de Trento son portavoces ya de las ideas contrarreformistas.
Los diálogos españoles del XVI
están influenciados por Cicerón (del que toman el carácter
pedagógico, serio y retórico), Luciano
(introduce en los diálogos el humor, la sátira, la parodia y la ironía) y Erasmo (influencia ideológica, sobre todo
los diálogos de la 1ª parte del siglo).
Formalmente son muy variados. El
autor suele estar presente en el diálogo pero de modo variable: como autor,
como narrador, como interlocutor, etc. El diálogo no tiene formas precisas
sobre su composición ni límites estrictos sobre el número y carácter de sus
interlocutores o sobre su situación espacial o su desarrollo temporal.
Muchos diálogos muestran el
interés por las cuestiones sociales del momento (la familia, la política, la
educación, etc.) y muchos otros tienen un carácter puramente dogmático y
catequístico. Presentan indistintamente visiones críticas de la realidad y
aceptaciones conformistas de la misma.
Cabe destacar los siguientes autores:
Los erasmistas conquenses Juan de
Valdés (Diálogo de la lengua), y su
hermano Alfonso de Valdés (Diálogo de las
cosas ocurridas en Roma y Diálogo de
Mercurio y Carón).
Forma de diálogo tiene también De los nombres de Cristo, de Fray Luis
de León.
Otros modelos prosísticos utilizados en el S.XVI son: epístolas,
historias, relatos, apotegmas, misceláneas, etc. Gran desarrollo tiene la prosa
histórica de Bartolomé de las Casas o Diego Hurtado de Mendoza. Abundan los libros de carácter moral y religioso de
Antonio de Guevara, así como la prosa asceta y mística de Teresa de Jesús, Juan
de la Cruz, fray Luis de León y fray Luis de Granada.
1.2.- Prosa narrativa
En el S.XVI aun no se puede
hablar de “novela” en el sentido moderno del término, pues gran parte de las
narraciones son breves y están recogidas dentro de otros modelos literarios. Se
usa pues el vocablo novela para referirse a narraciones breves (Novelas ejemplares de Cervantes). Los
relatos más extensos se denominan de forma muy variada: libro, historia,
tratado, vida, etc.
Siguen editándose y leyéndose los
relatos sentimentales y los libros de caballerías, pero aparecen nuevos géneros narrativos como la narrativa pastoril o libros de
pastores, que presentan utópicamente la vida primitiva rústica en una
naturaleza idealizada en la que se desarrollan historias de amor entre
pastores. Destacan Los siete libros de la
Diana de Jorge de Montemayor, La
Galatea de Cervantes y La Arcadia
de Lope de Vega.
La narrativa de tema morisco presenta estilizada e idealizada la
figura del moro, en un ambiente idealizado, y en ocasiones en tolerante
convivencia con los cristianos. Destacan la anónima Historia del Abencerraje y de la hermosa jarifa y Guerras civiles de Granada de Ginés
Pérez de Hita.
Destacan también Francisco
Delicado (La lozana andaluza) y Juan
Timoneda.
Pero la gran obra narrativa del
S.XVI es el Lazarillo de Tormes,
historia realista que marcará el camino de la novela moderna.
2.- El teatro
Destacados autores teatrales de
inicios de siglo son Juan del Encina y Lucas Fernández. Pero otros autores
muestran ya el camino hacia un teatro más elaborado, como Gil Vicente o
Bartolomé de Torres Naharro, ambos en la primera parte del siglo.
Gil Vicente.- Escritor portugués, que escribe en su lengua nativa y
en castellano. Es autor de obras religiosas (Trilogía de las Barcas) y otras de tipo profano (Don Duardos)
Características de Gil Vicente
son su sátira antieclesiástica, incorporación de elementos folclóricos y su
sensibilidad lírica en los poemas y canciones de sus dramas.
Bartolomé de Torres Naharro.- Es buen conocedor del teatro clásico
y del de su propia época. Torres Naharro divide sus comedias en dos tipos: a
noticia (Soldadesca y Tinellaria, de
carácter realista) y a fantasía (Serafina
e Himenea, que dejan vía libre a la imaginación).
Características de Torres Naharro
son la variedad de tipos y clases sociales, dominio del diálogo y el crudo
anticlericalismo.
En la segunda mitad del S.XVI,
los dramaturgos serán más comedidos en sus críticas. Junto al teatro religioso
y profano representado en iglesias o palacios, se desarrolla un teatro de
carácter popular representado en pueblos y ciudades o en corrales de comedias,
y un teatro que toma como modelo el teatro clásico grecolatino representado en
universidades y colegios.
Uno de los autores más famosos
del XVI es Lope de Rueda: autor, actor y director de teatro. Muy conocidos son
sus pasos o entremés, caracterizados por su brevedad y por su carácter cómico,
en el que el tema predominante es el
amor.
Ciudades como Sevilla o Valencia
tendrán notable e importante actividad teatral en las últimas décadas de siglo.
Destacan los valencianos Timoneda y Virués, así como Argensola, Cervantes o
Juan de la Cueva.
■ Estudio y antología
1.- Lazarillo de Tormes.
1.1.- Fecha. Texto. Fecha.
• Fecha.- La vida de Lazarillo de Tormes apareció por primera vez en 1554 en
cuatro ediciones diferentes. En 1559 fue prohibida. En 1573 se volvió a
permitir –aunque expurgada- su impresión
y desde entonces se editó constantemente. Hasta 1834 no se volvió a publicar en
España el texto completo.
En la misma obra existen
referencias que situarían la acción del Lazarillo
entre 1500 y 1546, lo que hace muy probable que se escribiera a mediados de
siglo.
• Autor.- Se publicó anónimo y
posteriormente se ha atribuido a diferentes autores aunque sin pruebas
convincentes. Los estudiosos del Lazarillo
han formulado hipótesis sobre las características de su autor: un erasmista,
converso o incluso criptojudío, algún franciscano, un noble descontento con la
sociedad de su tiempo…
1.2.- Fuentes. Estructura. Estilo
Fuente.-Muchos de los
elementos del Lazarillo, como los
cuentecillos o anécdotas, proceden de la tradición folclórica popular. Pero lo
novedoso en el Lazarillo es que estos materiales ya conocidos no son una simple
suma de aventuras sino que añaden algo a la personalidad del protagonista.
Estructura.- El autor no
se limita a ensalzar anécdotas sino a crear un relato compuesto por episodios
perfectamente organizados y jerarquizados.
La composición del Lazarillo se
articula en torno a dos modelos estructurales: la autobiografía y la epístola.
La fuente directa para la autobiografía del Lazarillo es, seguramente, El asno de oro del latino Apuleyo. El
modelo de la epístola como marco en el que se desarrolla la acción, tenía también
(igual que la autobiografía) una larga tradición.
La presencia de datos tomados
directamente de la realidad y los abundantes elementos folclóricos o librescos
forman parte de una narración que podría definirse como realista. Los hechos se
cuentan como si en verdad hubieran ocurrido, como si de datos históricos se
tratara. Las fronteras entre realidad y ficción se diluyen y, con ello, el
autor da un importantísimo paso hacia la creación de la novela moderna,
proponiendo que la obra se lea como si fuera verdad.
El Lazarillo sería, pues, el punto de partida de la novela realista
europea.
Un rasgo característico de la
novela moderna es que los personajes no son seres inmutables y se van haciendo
y modificando a la par de las circunstancias de su vida. Pues bien, este rasgo
se encuentra en el Lazarillo; el Lazarillo niño es muy distinto del Lázaro
adulto.
La novelita consta de un prólogo
y de siete tratados, y se estructura desde el final, pues los episodios que en
ella se incluyen son seleccionados en el último tratado para explicar el caso: las habladurías en torno a las
relaciones de la mujer de Lázaro con el arcipreste de San Salvador. Los otros
seis tratados pueden dividirse en dos partes: los tres primeros, más extensos,
muestran el aprendizaje del Lazarillo en
la adversidad; en los otros tres Lázaro empieza a mejorar su nivel de vida y
consiente las relaciones adúlteras de su mujer con el arcipreste, pues este le
ha proporcionado un modesto empleo.
Estilo.- Conviene advertir
la diferencia notable del lenguaje de esta obra con respecto a las narraciones
habituales de su época. La lengua del Lazarillo es llana, espontánea y carente
de artificiosidad, sólo el prólogo está construido de acuerdo con las normas de
la retórica clásica.
1.3.- Ideas y estilo de la obra
La palabra con la que se abre el
prólogo del Lazarillo es un rotundo
yo. A partir de ahí, la obra es la historia de un personaje cuyos rasgos lo
aproximan a los de un ser humano de carne y hueso.. Este personaje se
desarrolla en un medio social concreto que lo condiciona y modifica
decisivamente. La obra retrata el proceso de aprendizaje de un individuo y su
adaptación a un entorno social complejo, la España del XVI, hasta concluir con
su definitiva integración.
La novelita es una aguda es una
aguda y dura crítica de la sociedad de su tiempo, tanto de los comportamientos
de los personajes, siempre hipócritas e interesados, como del sistema social
que los obliga a ello. Dos son los objetos centrales de la crítica: la obsesión
por la honra y la religiosidad. El autor del Lazarillo pone al descubierto, entre burlas y sarcasmo, la realidad
cruel de la vida española de mediados del S.XVI.
El anticlericalismo de la obra es
evidente. Nobleza e Iglesia son satirizadas, igual que otros elementos como la
justicia o la vida militar.
En el Lazarillo de Tormes los valores que funcionan son los más
vulgarmente materiales: ambición, avaricia, dinero, provecho propio,
apariencias, astucia, cinismo, etc.
2.- Miguel de Cervantes Saavedra
2.1.- Vida
Nació Miguel de Cervantes en 1547
en Alcalá de Henares. Pocos datos confirmados hay sobre su infancia y juventud.
Sabemos que fue discípulo del erasmista López de Hoyos. En 1570 marcha a
Italia. Participa como soldado en la batalla de Lepanto y permanece como
militar en diversos lugares italianos. Vuelve a España en 1575, donde es
apresado y conducido a Argel, donde, tras cinco años preso, es rescatado y
vuelve a España.
Escribe La Galatea, que publica en 1585. En 1584 se casa con Catalina de
Salazar y en 1587 marcha a Andalucía, donde inicia un largo período como
recaudador de impuestos, lo que le llevó a acumular problemas (fue excomulgado
dos veces y encarcelado otras dos). Posiblemente en la cárcel de Sevilla
concibió El Quijote.
Posteriormente marcha a
Valladolid y sus años finales los pasa en Madrid. Acompañado por problemas
familiares y económicos, sin embargo prosigue con éxito su tarea de escritor y
es en los últimos años de su vida cuando publica la mayor parte de sus obras.
Muere en Madrid en 23 de abril de 1616.
2.2.- Cervantes, poeta.
Muchos de sus poemas se han
perdido. Solo publicó una obra en verso, El
viaje del Parnaso (1614). Como poeta, Cervantes es un escritor culto
empapado de la tradición clásica e italiana.
2.3.-Cervantes, dramaturgo
Cervantes escribió numerosas
obras teatrales, de las que hoy se conservan una decena, a las que hay que
sumar los ocho entremeses, que también conocemos.
Sus comedias siguen las normas
clásicas y el respeto a las reglas, aunque va incorporando progresivamente
elementos propios de del teatro de la época.
Títulos destacados de comedias
son: Los baños de Argel, El rufián
dichoso, Pedro de Urdemalas, La casa de los celos. Su única tragedia conocida es La Numancia.
Sus entremeses más famosos
son: El retablo de las maravillas, Le
elección de los alcaldes de Daganzo, El viejo celoso o El rufián viudo.
2.4.- Cervantes, novelista
Cervantes experimentó con la
mayor parte de los modelos narrativos previos (libros pastoriles, libros de
caballerías, novelas cortas italianas, novelas bizantinas…) y por ello será un
autor clave en la renovación de los géneros literarios que se dará en el
Barroco.
Su primera novela es La Galatea (1585) en la que sigue la
estela de los libros pastoriles y su última obra, el Persiles (publicada póstuma en 1617) sigue el molde narrativo de la
novela bizantina.
Si no hubiera escrito el Quijote (la obra maestra de Cervantes),
posiblemente Cervantes hubiera pasado a la historia literaria como el autor de
las Novelas ejemplares (publicada en
1613). En el prólogo de las Novelas
ejemplares, Cervantes dice que con ellas es “el primero que ha novelado en
lengua castellana”. Cervantes es el primero que compone relatos cortos al modo
italiano con argumentos originales. El significado del adjetivo ejemplares es el de presentar un ejemplo
del que extraer una lección o moraleja. Los relatos no solo podrían ser
ejemplares moralmente, sino que serían también ejemplos o modelos de creación
literaria. Suelen agruparse sus Novelas ejemplares en dos conjuntos: realistas
e idealistas
-
Realistas: Rinconete
y Cortadillo, El licenciado Vidriera,
El celoso extremeño, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros
-
Idealistas: El
amante liberal, La española inglesa,
La fuerza de la sangre, Las dos doncellas y La señora Cornelia
-
combinan rasgos realistas e idealistas: La gitanilla y La ilustre fregona.
2.4.1.- El Quijote
• Génesis del Quijote
El Quijote consta de dos partes.
La primera se publicó en 1605 y la segunda en 1615. Son dos partes bastante
diferentes: la primera es más espontánea, parece escrita sobre la marcha y
contiene diversidad de elementos; la segunda está mucho más pensada y responde
a un plan bien trazado.
No obstante, ambas muestran un
paralelismo estructural: tras unos capítulos iniciales introductorios, al
protagonista le suceden una serie de aventuras; hacia la mitad de ambas partes,
el continuo deambular del protagonista se detiene; el final de las dos partes
es simétrico: desengañado y derrotado, Don Quijote regresa a casa.
En 1614 se publicó una
continuación apócrifa de la obra cervantina, firmada por Alonso Fernández de
Avellaneda, seudónimo quizá de Gerónimo de Pasamonte. Este Quijote apócrifo, es
literariamente mediocre.
• Los personajes
Don Quijote, Alonso Quijano, y
Sancho Panza son los personajes principales de la novela.
Don Quijote es un modesto hidalgo
manchego que, loco debido a la lectura de libros de caballerías, decide
convertirse él mismo en caballero andante. Es un personaje fundamentalmente
cómico, aunque fuera de su locura caballeresca, muestra buen juicio y expone
atinadas opiniones. Rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa de sus
ideas, incluidas las que proceden de su extraña locura.
Sancho Panza es el escudero que
en los libros de caballerías acompañaba al protagonista. Sancho sobrepasa su
original función de cómico, rústico, simple, bufón pícaro o criado, al
encarnarse en su figura la sátira de los libros de caballerías.
Ambos personajes se transfieren
rasgos el uno al otro, aunque mantienen a lo largo de toda la obra sus rasgos
básicos iniciales.
Todos los personajes de la obra
se ven influidos por la locura de don Quijote.
• Intención y sentido
El propósito del Quijote es, sin duda, la parodia
burlesca de los libros de caballerías. La novela sería una defensa del ideal en
un mundo en el que los grandes ideales han perdido su sentido.
La novela ha tenido dos
interpretaciones (libro cómico/libro romántico). El supuesto romanticismo del
libro es un anacronismo, pues Cervantes no puede proponer una interpretación
romántica del mundo aunque postule la defensa de ciertos ideales del mundo
renacentista. Tampoco la comicidad parece explicar el libro, pues no tendría
sentido componer una obra tan esforzada y ambiciosa simplemente para
parodiarla.
El Quijote es, también, un libro de crítica y teoría literaria, ya que
los personajes hablan constantemente de literatura y se exponen conceptos e
ideas sobre géneros y formas literarias.
La novela es también un retrato
social: por sus páginas desfilan nobles poseedores de títulos, hidalgos o
escuderos que anhelan recuperar una posición social digna, labradores con afán
de ascenso social, etc.
• Lenguaje y estilo
El lenguaje del Quijote es un resumen de la variedad de
estilos típica del Renacimiento. En él se combina el estilo elevado con el
propio de la parodia, el habla culta con la popular, las erudiciones con los
refranes o dichos populares.
Es significativa la presencia de
recursos propios de la tradición oral: dualidad de narradores, las sonoridades
y los ritmos, el recurso al apóstrofe, la dramatización del relato, los incisos
del narrador, etc.
Cervantes contribuye con todo
ello a gestar un nuevo lector, un lector moderno, un lector escéptico que
tomará la duda como sistema.
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