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miércoles, 27 de enero de 2016

La literatura del siglo XVI. La prosa y el teatro

Transformaciones históricas de los géneros literarios: la prosa y el teatro en el S.XVI

1.- La prosa
Durante el S.XVI siguen siendo muy numerosos los textos escritos en latín, si bien las obras redactadas en lengua vernácula son cada vez más frecuentes y tratan ya de los temas más diversos. Se suele distinguir en este período entre prosa didáctica y prosa narrativa.

1.1.- Prosa didáctica (diálogo)
En el S.XVI, el modelo formal más utilizado en los textos en prosa es el diálogo. En ellos, dos o más interlocutores abordan cualquier asunto presentando sobre él diversos puntos de vista.
Los diálogos de la primera parte del siglo están más influidos por el erasmismo y el reformismo, y los escritos tras el Concilio de Trento son portavoces ya de las ideas contrarreformistas.
Los diálogos españoles del XVI están influenciados por Cicerón (del que toman el carácter pedagógico, serio y retórico), Luciano (introduce en los diálogos el humor, la sátira, la parodia y la ironía) y Erasmo (influencia ideológica, sobre todo los diálogos de la 1ª parte del siglo).
Formalmente son muy variados. El autor suele estar presente en el diálogo pero de modo variable: como autor, como narrador, como interlocutor, etc. El diálogo no tiene formas precisas sobre su composición ni límites estrictos sobre el número y carácter de sus interlocutores o sobre su situación espacial o su desarrollo temporal.
Muchos diálogos muestran el interés por las cuestiones sociales del momento (la familia, la política, la educación, etc.) y muchos otros tienen un carácter puramente dogmático y catequístico. Presentan indistintamente visiones críticas de la realidad y aceptaciones conformistas de la misma.
Cabe destacar los siguientes autores:
Los erasmistas conquenses Juan de Valdés (Diálogo de la lengua), y su hermano Alfonso de Valdés (Diálogo de las cosas ocurridas en Roma y Diálogo de Mercurio y Carón).
Forma de diálogo tiene también De los nombres de Cristo, de Fray Luis de León.
Otros modelos prosísticos utilizados en el S.XVI son: epístolas, historias, relatos, apotegmas, misceláneas, etc. Gran desarrollo tiene la prosa histórica de Bartolomé de las Casas o Diego Hurtado de Mendoza. Abundan  los libros de carácter moral y religioso de Antonio de Guevara, así como la prosa asceta y mística de Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, fray Luis de León y fray Luis de Granada.

1.2.- Prosa narrativa
En el S.XVI aun no se puede hablar de “novela” en el sentido moderno del término, pues gran parte de las narraciones son breves y están recogidas dentro de otros modelos literarios. Se usa pues el vocablo novela para referirse a narraciones breves (Novelas ejemplares de Cervantes). Los relatos más extensos se denominan de forma muy variada: libro, historia, tratado, vida, etc.
Siguen editándose y leyéndose los relatos sentimentales y los libros de caballerías, pero aparecen nuevos géneros narrativos como la narrativa pastoril o libros de pastores, que presentan utópicamente la vida primitiva rústica en una naturaleza idealizada en la que se desarrollan historias de amor entre pastores. Destacan Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor, La Galatea de Cervantes y La Arcadia de Lope de Vega.
La narrativa de tema morisco presenta estilizada e idealizada la figura del moro, en un ambiente idealizado, y en ocasiones en tolerante convivencia con los cristianos. Destacan la anónima Historia del Abencerraje y de la hermosa jarifa y Guerras civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita.
Destacan también Francisco Delicado (La lozana andaluza) y Juan Timoneda.
Pero la gran obra narrativa del S.XVI es el Lazarillo de Tormes, historia realista que marcará el camino de la novela moderna.

2.- El teatro
Destacados autores teatrales de inicios de siglo son Juan del Encina y Lucas Fernández. Pero otros autores muestran ya el camino hacia un teatro más elaborado, como Gil Vicente o Bartolomé de Torres Naharro, ambos en la primera parte del siglo.
Gil Vicente.- Escritor portugués, que escribe en su lengua nativa y en castellano. Es autor de obras religiosas (Trilogía de las Barcas) y otras de tipo profano (Don Duardos)
Características de Gil Vicente son su sátira antieclesiástica, incorporación de elementos folclóricos y su sensibilidad lírica en los poemas y canciones de sus dramas.
Bartolomé de Torres Naharro.- Es buen conocedor del teatro clásico y del de su propia época. Torres Naharro divide sus comedias en dos tipos: a noticia (Soldadesca y Tinellaria, de carácter realista) y a fantasía (Serafina e Himenea, que dejan vía libre a la imaginación).
Características de Torres Naharro son la variedad de tipos y clases sociales, dominio del diálogo y el crudo anticlericalismo.
En la segunda mitad del S.XVI, los dramaturgos serán más comedidos en sus críticas. Junto al teatro religioso y profano representado en iglesias o palacios, se desarrolla un teatro de carácter popular representado en pueblos y ciudades o en corrales de comedias, y un teatro que toma como modelo el teatro clásico grecolatino representado en universidades y colegios.
Uno de los autores más famosos del XVI es Lope de Rueda: autor, actor y director de teatro. Muy conocidos son sus pasos o entremés, caracterizados por su brevedad y por su carácter cómico, en el que el tema predominante es el  amor.
Ciudades como Sevilla o Valencia tendrán notable e importante actividad teatral en las últimas décadas de siglo. Destacan los valencianos Timoneda y Virués, así como Argensola, Cervantes o Juan de la Cueva.








Estudio y antología

1.- Lazarillo de Tormes.
1.1.- Fecha. Texto. Fecha.
• Fecha.- La vida de Lazarillo de Tormes apareció por primera vez en 1554 en cuatro ediciones diferentes. En 1559 fue prohibida. En 1573 se volvió a permitir –aunque expurgada-  su impresión y desde entonces se editó constantemente. Hasta 1834 no se volvió a publicar en España el texto completo.
En la misma obra existen referencias que situarían la acción del Lazarillo entre 1500 y 1546, lo que hace muy probable que se escribiera a mediados de siglo.
• Autor.- Se publicó anónimo y posteriormente se ha atribuido a diferentes autores aunque sin pruebas convincentes. Los estudiosos del Lazarillo han formulado hipótesis sobre las características de su autor: un erasmista, converso o incluso criptojudío, algún franciscano, un noble descontento con la sociedad de su tiempo…

1.2.- Fuentes. Estructura. Estilo
Fuente.-Muchos de los elementos del Lazarillo, como los cuentecillos o anécdotas, proceden de la tradición folclórica popular. Pero lo novedoso en el Lazarillo es que estos materiales ya conocidos no son una simple suma de aventuras sino que añaden algo a la personalidad del protagonista.
Estructura.- El autor no se limita a ensalzar anécdotas sino a crear un relato compuesto por episodios perfectamente organizados y jerarquizados.
La composición del Lazarillo se articula en torno a dos modelos estructurales: la autobiografía y la epístola. La fuente directa para la autobiografía del Lazarillo es, seguramente, El asno de oro del latino Apuleyo. El modelo de la epístola como marco en el que se desarrolla la acción, tenía también (igual que la autobiografía) una larga tradición.
La presencia de datos tomados directamente de la realidad y los abundantes elementos folclóricos o librescos forman parte de una narración que podría definirse como realista. Los hechos se cuentan como si en verdad hubieran ocurrido, como si de datos históricos se tratara. Las fronteras entre realidad y ficción se diluyen y, con ello, el autor da un importantísimo paso hacia la creación de la novela moderna, proponiendo que la obra se lea como si fuera verdad.
El Lazarillo sería, pues, el punto de partida de la novela realista europea.
Un rasgo característico de la novela moderna es que los personajes no son seres inmutables y se van haciendo y modificando a la par de las circunstancias de su vida. Pues bien, este rasgo se encuentra en el Lazarillo; el Lazarillo niño es muy distinto del Lázaro adulto.
La novelita consta de un prólogo y de siete tratados, y se estructura desde el final, pues los episodios que en ella se incluyen son seleccionados en el último tratado para explicar el caso: las habladurías en torno a las relaciones de la mujer de Lázaro con el arcipreste de San Salvador. Los otros seis tratados pueden dividirse en dos partes: los tres primeros, más extensos, muestran el aprendizaje del Lazarillo en la adversidad; en los otros tres Lázaro empieza a mejorar su nivel de vida y consiente las relaciones adúlteras de su mujer con el arcipreste, pues este le ha proporcionado un modesto empleo.
Estilo.- Conviene advertir la diferencia notable del lenguaje de esta obra con respecto a las narraciones habituales de su época. La lengua del Lazarillo es llana, espontánea y carente de artificiosidad, sólo el prólogo está construido de acuerdo con las normas de la retórica clásica.
1.3.- Ideas y estilo de la obra
La palabra con la que se abre el prólogo del Lazarillo es un rotundo yo. A partir de ahí, la obra es la historia de un personaje cuyos rasgos lo aproximan a los de un ser humano de carne y hueso.. Este personaje se desarrolla en un medio social concreto que lo condiciona y modifica decisivamente. La obra retrata el proceso de aprendizaje de un individuo y su adaptación a un entorno social complejo, la España del XVI, hasta concluir con su definitiva integración.
La novelita es una aguda es una aguda y dura crítica de la sociedad de su tiempo, tanto de los comportamientos de los personajes, siempre hipócritas e interesados, como del sistema social que los obliga a ello. Dos son los objetos centrales de la crítica: la obsesión por la honra y la religiosidad. El autor del Lazarillo pone al descubierto, entre burlas y sarcasmo, la realidad cruel de la vida española de mediados del S.XVI.
El anticlericalismo de la obra es evidente. Nobleza e Iglesia son satirizadas, igual que otros elementos como la justicia o la vida militar.
En el Lazarillo de Tormes los valores que funcionan son los más vulgarmente materiales: ambición, avaricia, dinero, provecho propio, apariencias, astucia, cinismo, etc.

2.- Miguel de Cervantes Saavedra
2.1.- Vida
Nació Miguel de Cervantes en 1547 en Alcalá de Henares. Pocos datos confirmados hay sobre su infancia y juventud. Sabemos que fue discípulo del erasmista López de Hoyos. En 1570 marcha a Italia. Participa como soldado en la batalla de Lepanto y permanece como militar en diversos lugares italianos. Vuelve a España en 1575, donde es apresado y conducido a Argel, donde, tras cinco años preso, es rescatado y vuelve a España.
Escribe La Galatea, que publica en 1585. En 1584 se casa con Catalina de Salazar y en 1587 marcha a Andalucía, donde inicia un largo período como recaudador de impuestos, lo que le llevó a acumular problemas (fue excomulgado dos veces y encarcelado otras dos). Posiblemente en la cárcel de Sevilla concibió El Quijote.
Posteriormente marcha a Valladolid y sus años finales los pasa en Madrid. Acompañado por problemas familiares y económicos, sin embargo prosigue con éxito su tarea de escritor y es en los últimos años de su vida cuando publica la mayor parte de sus obras. Muere en Madrid en 23 de abril de 1616.

2.2.- Cervantes, poeta.
Muchos de sus poemas se han perdido. Solo publicó una obra en verso, El viaje del Parnaso (1614). Como poeta, Cervantes es un escritor culto empapado de la tradición clásica e italiana.

2.3.-Cervantes, dramaturgo
Cervantes escribió numerosas obras teatrales, de las que hoy se conservan una decena, a las que hay que sumar los ocho entremeses, que también conocemos.
Sus comedias siguen las normas clásicas y el respeto a las reglas, aunque va incorporando progresivamente elementos propios de del teatro de la época.
Títulos destacados de comedias son: Los baños de Argel, El rufián dichoso, Pedro de Urdemalas, La casa de los celos. Su única tragedia conocida es La Numancia.
Sus entremeses más famosos son: El retablo de las maravillas, Le elección de los alcaldes de Daganzo, El viejo celoso o El rufián viudo.
2.4.- Cervantes, novelista
Cervantes experimentó con la mayor parte de los modelos narrativos previos (libros pastoriles, libros de caballerías, novelas cortas italianas, novelas bizantinas…) y por ello será un autor clave en la renovación de los géneros literarios que se dará en el Barroco.
Su primera novela es La Galatea (1585) en la que sigue la estela de los libros pastoriles y su última obra, el Persiles (publicada póstuma en 1617) sigue el molde narrativo de la novela bizantina.
Si no hubiera escrito el Quijote (la obra maestra de Cervantes), posiblemente Cervantes hubiera pasado a la historia literaria como el autor de las Novelas ejemplares (publicada en 1613). En el prólogo de las Novelas ejemplares, Cervantes dice que con ellas es “el primero que ha novelado en lengua castellana”. Cervantes es el primero que compone relatos cortos al modo italiano con argumentos originales. El significado del adjetivo ejemplares es el de presentar un ejemplo del que extraer una lección o moraleja. Los relatos no solo podrían ser ejemplares moralmente, sino que serían también ejemplos o modelos de creación literaria. Suelen agruparse sus Novelas ejemplares en dos conjuntos: realistas e idealistas
-          Realistas: Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera, El celoso extremeño, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros
-          Idealistas: El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre, Las dos doncellas y La señora Cornelia
-          combinan rasgos realistas e idealistas: La gitanilla y La ilustre fregona.

2.4.1.- El Quijote
• Génesis del Quijote
El Quijote consta de dos partes. La primera se publicó en 1605 y la segunda en 1615. Son dos partes bastante diferentes: la primera es más espontánea, parece escrita sobre la marcha y contiene diversidad de elementos; la segunda está mucho más pensada y responde a un plan bien trazado.
No obstante, ambas muestran un paralelismo estructural: tras unos capítulos iniciales introductorios, al protagonista le suceden una serie de aventuras; hacia la mitad de ambas partes, el continuo deambular del protagonista se detiene; el final de las dos partes es simétrico: desengañado y derrotado, Don Quijote regresa a casa.
En 1614 se publicó una continuación apócrifa de la obra cervantina, firmada por Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo quizá de Gerónimo de Pasamonte. Este Quijote apócrifo, es literariamente mediocre.
• Los personajes
Don Quijote, Alonso Quijano, y Sancho Panza son los personajes principales de la novela.
Don Quijote es un modesto hidalgo manchego que, loco debido a la lectura de libros de caballerías, decide convertirse él mismo en caballero andante. Es un personaje fundamentalmente cómico, aunque fuera de su locura caballeresca, muestra buen juicio y expone atinadas opiniones. Rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa de sus ideas, incluidas las que proceden de su extraña locura.
Sancho Panza es el escudero que en los libros de caballerías acompañaba al protagonista. Sancho sobrepasa su original función de cómico, rústico, simple, bufón pícaro o criado, al encarnarse en su figura la sátira de los libros de caballerías.
Ambos personajes se transfieren rasgos el uno al otro, aunque mantienen a lo largo de toda la obra sus rasgos básicos iniciales.
Todos los personajes de la obra se ven influidos por la locura de don Quijote.
• Intención y sentido
El propósito del Quijote es, sin duda, la parodia burlesca de los libros de caballerías. La novela sería una defensa del ideal en un mundo en el que los grandes ideales han perdido su sentido.
La novela ha tenido dos interpretaciones (libro cómico/libro romántico). El supuesto romanticismo del libro es un anacronismo, pues Cervantes no puede proponer una interpretación romántica del mundo aunque postule la defensa de ciertos ideales del mundo renacentista. Tampoco la comicidad parece explicar el libro, pues no tendría sentido componer una obra tan esforzada y ambiciosa simplemente para parodiarla.
El Quijote es, también, un libro de crítica y teoría literaria, ya que los personajes hablan constantemente de literatura y se exponen conceptos e ideas sobre géneros y formas literarias.
La novela es también un retrato social: por sus páginas desfilan nobles poseedores de títulos, hidalgos o escuderos que anhelan recuperar una posición social digna, labradores con afán de ascenso social, etc.
• Lenguaje y estilo
El lenguaje del Quijote es un resumen de la variedad de estilos típica del Renacimiento. En él se combina el estilo elevado con el propio de la parodia, el habla culta con la popular, las erudiciones con los refranes o dichos populares.
Es significativa la presencia de recursos propios de la tradición oral: dualidad de narradores, las sonoridades y los ritmos, el recurso al apóstrofe, la dramatización del relato, los incisos del narrador, etc.

Cervantes contribuye con todo ello a gestar un nuevo lector, un lector moderno, un lector escéptico que tomará la duda como sistema.

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